A través de cenizas y huesos calcinados, evidencia más antigua del uso de fuego controlado, científicos revelan que los ancestros humanos podrían haber utilizado el fuego hace un millón de años. Un descubrimiento que, de verificarse, arrojaría una nueva vía y un punto de inflexión en la evolución humana.
El hallazgo resultó del análisis llevado a cabo por un equipo de investigadores en la cueva de Wonderwerk en Sudáfrica,
una serie de cavernas situadas en el desierto de Kalahari donde
anteriormente se habían encontrado registros de ocupación humana.
A
través del análisis microscópico se ha revelado una evidencia clara de
la quema, tales como la ceniza de plantas y fragmentos de huesos
calcinados. El análisis asegura que los restos encontrados no se
movieron de allí, por lo que la teoría de que el viento o el agua
pudiera haberlos alojado se descarta.
Para revelar la antigüedad, y
es aquí el punto que se trata de verificar, los investigadores parten
de la base de las herramientas encontradas alrededor de los restos.
Artilugios de piedra, herramientas junto a una especie de capa que
dataría de hace un millón de años.
Los investigadores tratan ahora
de descifrar quienes fueron los “humanos” que realizaron tales
acciones. Si bien los seres humanos modernos son la única especie humana
viva hoy, originalmente, hace unos 200.000 años, existían otras
especies de humanos que poblaron la Tierra como los Homo erectus, quienes surgieron hace alrededor de 1,9 millones de años.
Según Michael Chazan, investigador de la Universidad de Toronto:
El análisis empuja el calendario para el comienzo del uso humano del fuego en 300.000 años, lo que sugiere que los ancestros humanos como el Homo erectus pudieron haber comenzado a utilizar el fuego como parte de su forma de vida.
Las teorías que se abren sugieren que
el fuego podría haber ayudado a los primeros seres humanos a mantenerse
caliente y ahuyentar a depredadores nocturnos así como algún tipo de
forma de alimentación facilitando la ingesta a través del fuego. Según
Chazan:
No sólo eso, la socialización alrededor de una fogata en realidad podría ser un aspecto esencial de lo que nos hace humanos. El control del fuego habría sido un importante punto de inflexión en la evolución humana.
El antropólogo Richard Wrangham especula con la teoría del uso del fuego en los ancestros como forma evolución del cerebro humano. Sugiere que los humanos cocinaban sus presas ya en la primera aparición de los Homo erectus
hace 1,9 millones de años, momento en el que podría haber causado una
expansión del cerebro por la llegada de ingentes calorías a los
organismos.
A partir de aquí, Chazan y sus colegas analizarán los
materiales anteriores y posteriores al hallazgo en la cueva con el fin
de observar cómo el uso del fuego podría haberse desarrollado a lo largo
del tiempo:
Estamos abriendo nuevas cuestiones sobre cómo el fuego encajó en la vida de los primeros seres humanos y la forma en la que podría haber cambiado con el tiempo.
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