Científicos, usando datos provenientes del ya casi abuelo de los telescopios, el Hubble, han detectado dos cúmulos de estrellas que estarían en las primeras fases de un proceso de choque y fusión.
Los dos cúmulos están situados en la nebulosa gigantescas de 30 Doradus (también conocida como la nebulosa de la Tarántula), a unos 170.000 años luz de la tierra.
Aparte de ser una foto con colores preciosos, tienen su significado, ya
que el azul es la luz que emiten las estrellas más grandes y calientes,
el verde es brillo emitido por el oxígeno y el rojo por hidrógeno
fluorescente.
Al principio se pensaba que la imagen era un solo cúmulo de estrellas
que estaba en formación, pero se ha encontrado que en realidad eran dos
cúmulos chocando, con una diferencia de edad de un millón de años entre ellos, aproximadamente. No es de extrañar que se pensara equivocadamente al principio, ya que la nebulosa de Tarántula ha sido una región muy activa en cuanto a la formación de estrellas durante los últimos 25 millones de años y no se tienen datos sobre cuándo dejará de serlo.
Toda la investigación empezó con Elena Sabbi,
científica de Baltimore, y su equipo, cuando intentaban darle sentido a
unas estrellas que no podían haber aparecido en su posición actual;
concretamente son estrellas “escapadas”, estrellas que
fueron expulsadas a las afueras de Tarántula a grandes velocidades
cuando se formaron gracias a interacciones dinámicas. Estas
interacciones son frecuentes en colapsos del núcleo,
donde estrellas masivas llegan al centro de un cúmulo de estrellas y
empiezan a expulsarse las unas a las otras cuando hay muchas de ellas en
el centro.
La duda empezó cuando notaron que la distribución de las estrellas de
menor masa del cúmulo no era esférica, como suele ocurrir, sino que era
la forma de dos cúmulos de estrellas estirados por la acción
gravitatoria entre los dos; de ahí se confirmó midiendo la vejez de los
dos cúmulos por separado gracias al Hubble.
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